Un nuevo mundo. La Psicología.

Escritura Creativa. ¿Cuánto se necesita para cambiar un paradigma?

Hace tiempo estuve reflexionando sobre los grandes paradigmas a lo largo de los años y el precipicio que uno debe sentir cuando toda la vida ha creído en algo y de repente, un día, anuncian que la Tierra es redonda.

 

Desde pequeña, Alma tuvo siempre clara su vocación, la psicología. Dotada de una gran intuición y empatía, todo el mundo sin ella apenas hablar, se le abría a contar sus problemas. Y ella les ayudaba. Por supuesto tenía un buen corazón, no podía ser lo contrario con tales dones, pero por encima del acto generoso de ayudar a aliviar el sufrimiento de alguien, Alma sentía un exquisito placer mental cuando desenmarañaba el origen de todas las ansiedades y depresiones, de todas las dificultades de los humanos.

Y fue un día trabajando en la consulta, que se quedó mirando su estantería, repleta de los maestros de los que se había nutrido en psicología, cayendo en la cuenta de que la mayoría de las teorías, encuentran la mayoría de los problemas de los adultos en la niñez, en los primeros años de vida. Alma estaba bloqueada porque intentaba salirse del conocimiento adquirido, pero tenía todos esos datos y teorías grabados, asimilados y encajados en su cabeza:

– ¿Y cuáles son mis propias ideas? ¿Cuáles hubieran sido antes de memorizar a otros? ¿Cuál hubiera sido mi única y propia teoría? ¿…Dónde estudiaron los pioneros? – Sintió que se le cayó figuradamente un piano en la cabeza.

Después de los pajaritos del golpe, volvió al caso que tenía entre manos. Ya había visto otros casos parecidos anteriormente, sólo que esta ocasión fue como ver por primera vez y desde el asombro, el hecho de que los hijos nacidos de la misma madre, del mismo padre, en el mismo entorno, en las mismas circunstancias y todo tipo de variables posibles semejantes, desarrollen personalidades tan diferentes, unos tan extremadamente sensibles y otros todo lo contrario. Cómo incluso en bebés gemelos o mellizos, ya percibes sus personalidades diferentes nada más nacer, más extrovertido, más introvertido.

– ¿Qué hay antes de la infancia? Yo no nací con el parto de mi madre. Yo nací antes. Y he vuelto a tener ese vértigo estomacal al intentar recordar otro nacimiento anterior.

Le faltaban respuestas que la psicología no podía darle. El corazón le llevó directa a la Plaza de la Astrología. Allí, un grupo de estudiantes que llamó su atención, le dieron el nombre de un reconocido gurú además de instrucciones de que sólo recibía visitas de noche. Su casa era la última de la ciudad para que no hubiera mucha contaminación lumínica y así, poder hablar mejor de las estrellas. Esa misma noche se presentó allí y su escepticismo ante la Carta Astral se fue transformando en el impaciente deseo de querer saberlo todo ya, para comprobar con su propia experiencia lo que el gurú le estaba explicando.

– ¿Pero cómo es que toda la vida me he sentido separada de lo que pasa ahí fuera, en el Universo?. Si la luna tiene su efecto sobre las mareas y cuando está llena, los hospitales se llenan de mujeres que dan a luz. ¿Cómo no iba a tener efectos diferentes los movimientos de cada uno de los otros planetas ahí fuera? ¿Cómo no iba a tener influencia el macrocosmos en el microcosmos, o su propio reflejo?. Llevan siglos ahí delante esas lecturas del universo dictando las probabilidades de un acontecimiento. Dictando patrones mentales de las personas. Y todo se repite. Un día… otro día. Un mes… otro mes. Un año… otro año. Ciclos que pasan desapercibidos. Sabía nuestra tendencia a mirar más fuera en lugar de mirar más adentro. Y ahora, crecemos mirando más al frente en lugar de más arriba. Papeles y pantallas, ladrillos y cemento, hierros y hormigón… ¿Cómo pretender un Saber con tantos ángulos muertos?

El gurú advirtió a Alma de los peligros que podría suponer el perderse profundizando en el tema y especialmente permanecer atenta a la fuente del conocimiento porque “charlatanes siempre habrá”.

– Alma, escribirás un antes y un después en la evolución de la conciencia, pero escucha, jamás sueltes la cuerda del Sentido Común.

Alma sentía como haber añadido una pieza clave al puzzle. Hay un orden en el Universo. Ahora encontraba aún más sentido a muchos de los retos y dificultades a los que se enfrentaban sus pacientes. Pero ¿estarán sus pacientes preparados y abiertos a la nueva visión del paradigma de la psicología de Alma? ¿Y sus compañeros de profesión?.

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Este post ha sido un 2×1. En el taller de «Atrévete a Escribir» con Alberto Cubero, teníamos que hacer un relato desarrollando un conflicto interior, un conflicto con el entorno más inmediato y finalmente el conflicto con la sociedad. También esa semana quería continuar mis capítulos de «Un nuevo mundo» y ése fue el resultado de la mezcla. 

Un nuevo mundo. La Psicología. 

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Gemma Sierra